Vizquel completó 24 años en Grandes Ligas

Con el número 13 en la espalda, fue el campocorto titular en el partido que enfrentó ayer a los Azulejos y los Mellizos, el último en su carrera

Como dicta una de las canciones más emblemáticas de la leyenda de la salsa, Héctor Lavoe, “todo tiene su final, nada dura para siempre”. Ayer
Omar Vizquel cerró su carrera como pelotero profesional, para darle paso a una nueva etapa en su vida.
Para el caraqueño, que consiguió 11 guantes de oro por la excelencia defensiva, saltar por última
vez a las praderas cortas representó uno de los momentos más nostálgicos que le haya tocado asumir en 24 años de servicios en las grandes ligas.
Se despidió en una jornada signada también por la expectativa de ver luchar a Miguel Cabrera por la triple corona de la Liga Americana.
Todo un acontecimiento que tiene una particularidad: Vizquel nació en 1967, precisamente el año en el que Carl Yastrzemski se erigió como último pelotero con los lideratos individuales de cuadrangulares, bateo y carreras remolcadas.
Desde aquel primer día en las mayores usando el 42 en su espalda en un partido que enfrentó a Marineros y Atléticos en el Coliseo de Oakland, pasando por sus años posteriores con los náuticos, cuando ya como amo y señor del campo corto, y con el dorsal 13 en honor a David Concepción, ganó su primer Guante de Oro en 1993.
 Nueva etapa. El salto a Cleveland ocurrió en 1994, en plena madurez beisbolística y con Mike Hargrove como manager, en una temporada que se quedó corta por la huelga de peloteros.
En esa campaña comenzó una de las grandes etapas de los Indios, que desembocaron en 1995 en la primera Serie Mundial de Vizquel, enfrentando a los Bravos de Atlanta. Perdieron los aborígenes en seis partidos pero dejaron la sensación que podrían volver al clásico de octubre más temprano que tarde.
Pasaban los años y el caraqueño seguía acumulando premios como el mejor de su posición y sus actuaciones lo encumbraron no sólo a ser el mejor del nuevo circuito, sino también casi por unanimidad de todas las mayores.
En el 2000, logró redondear su mejor zafra defensiva y en 156 cotejos en la posición seis del terreno, sólo cometió tres errores para dejar .995 de promedio de fildeo. Repitió el premio en 2001 que sería el último con el equipo indígena de Ohio. La despedida de Jacobs Field vino en 2004 aunque probablemente no fue un adiós sino un hasta luego porque cuando Omar Vizquel tenga su puesto en el Salón de la Fama, esa placa estará adornada con la gorra de Cleveland.
Con treinta primaveras a acuestas y la posibilidad de conseguir su primer campeonato, una vez más la suerte le fue esquiva al venezolano porque en 1997 los Marlins de Florida se interpusieron en su camino. No habría más oportunidades.
Toronto última parada. Previo paso por Rangers de Texas y Medias Blancas de Chicago, se aprestó para una nueva oportunidad en el diamante.
En una entrevista en los campos de entrenamientos primaverales, el periodista David Chacón conversó con el pelotero venezolano con mayor número de temporadas en activo en el beisbol estadounidense y éste se atrevió a afirmar a punto de cumplir los 45 años que “me sigo sintiendo como un Mustang”.
Quizás esa frase marca lo que es y será dentro y fuera de los terrenos de juego, un alma libre que no se achaca ante los grandes retos. Y así fue, pasó los registros de inatrapables de una de las leyendas del deporte como Babe Ruth e igualó en el puesto 40 de máximos hiteadores a Mel Ott
Su carrera llega al final pero al contrario de lo que cantaba el gran sonero puertorriqueño, para Omar Vizquel si existirá eternidad porque los grandes nunca serán olvidados.
Voces para el adiós:
Tony Peña “Es difícil que te vayas”
Alex Rodríguez “Muchas felicidades, en una gran carrera”
Luis Aparicio “Tú te mereces esto y mucho más”
Carlos Baerga “Eres un ejemplo para los jóvenes latinoamericanos”



 El nacional
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