El manager Rick Sweet espera devolverle su rol al grandeliga. El relevista está feliz en la etapa final de su regreso. Por ahora lanzará con un día de descanso
Juan Carlos Gutiérrez se tomó más tiempo que de costumbre
para bajar de la lomita en el bullpen del Caracas, en la zona de foul del left,
y caminar con lentitud hacia la raya de fair, la noche del martes.
Eran los primeros pasos de Gutiérrez en el terreno de juego del
estadio Universitario esta temporada en un encuentro oficial. El manager Rick
Sweet acababa de llamarle al morrito y el bigleaguer de Puerto La Cruz estaba
por hacer su primera presentación en Venezuela desde enero de 2011.
“Fue un momento bastante emocionante”, recordó el lanzador,
que aquí ha sido abridor, setup y cerrojo de los Leones, y que está en planes
de los Reales de Kansas City para volver a las grandes ligas en 2013.
La emoción recorrió el enorme cuerpo del anzoatiguense,
conforme se acercaba al montículo en cámara lenta.
“Pero cuando solté mis primeras pelotas, al calentar el
brazo, todo pasó”, continuó el porteño. “Con el primer strike, me sentí relajado,
como siempre”.
Y feliz. Muy feliz. Gutiérrez es de esas personas que deambula casi siempre enarbolando una sonrisa. En las últimas horas, su bonhomía tiene sustento adicional.
Y feliz. Muy feliz. Gutiérrez es de esas personas que deambula casi siempre enarbolando una sonrisa. En las últimas horas, su bonhomía tiene sustento adicional.
El derecho está en la fase final de su rehabilitación
física. Hace 13 meses fue operado. Le reconstruyeron el codo con la cirugía
Tommy John y el trasplante de un ligamento resultó un éxito.
“Al principio sentía dolor cada vez que lanzaba”, rememoró. “Los
trainers y coaches me decían que eso era normal, porque el tendón estaba recién
implantado. Ahora no me duele nada”.
Regresó soltando la recta un par de millas por hora más
rápido que antes, agregó. Pero no atribuye a eso los tres guillotinados que
consiguió en el inning de su reaparición, el martes, contra Lara.
“Yo no voy allá afuera a buscar ponches, sólo quiero atacar
a los bateadores y lograr los outs rápidamente”, relató.
Con una curva 12-6, slider y cambio para acompañar la recta
de 95 millas por hora, no hace falta buscar los abanicados para encontrarlos.
“Sé que me van a llevar con cuidado, pero mi meta es volver
a ser cerrador”, continuó Gutiérrez. El manager Rick Sweet está de acuerdo.
“Eventualmente lo va a ser”, apuntó el piloto. “Aunque por ahora
queremos que lance siempre con un día de descanso, en situaciones sin presión,
abriendo innings, lanzando el séptimo o el octavo acto”.
“Cuando tenga seis o siete entradas, ya podré ir en días
consecutivos”, intervino Gutiérrez.
Ya firmó con Kansas City y espera una invitación para el spring
training. Se siente fuerte, saludable y feliz. Atrás dejó el momento más
atemorizante de su carrera. Quizás por eso caminaba con tanta lentitud
antenoche, sintiendo el miedo y la ansiedad por última vez.
“Las cosas, gracias a Dios, no han podido salir mejor”,
exclamó. Y sonrió una vez más.
Ignacio Serrano/Cronicasleones
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